En la actualidad nuestros peques desarrollan, de forma general, un uso desmedido de las pantallas. Esto puede estar causado por la falta de control de los adultos o la ausencia de estos durante el tiempo de uso. Como variables importantes en el incremento del abuso destacan: el exceso de tiempo en pantallas, el mantenerlas de fondo y verlas habitualmente sin compañía.
Si no hay un adulto que pueda guiar el contenido y no existe ningún tipo de regulación en lo que escogen para ver, puede traer graves riesgos cognitivos, sociales, físicos y psicológicos.
Pese a la falta de estudio en cuanto a las consecuencias, se conoce que el uso de pantallas afecta a los procesos de aprendizaje y a las capacidades de socialización. Por ejemplo, exponer a las pantallas durante 2 o más horas a peques antes de los 12 meses, aumenta la probabilidad de retraso del lenguaje. Con una exposición continuada pueden presentar disminución del rendimiento escolar, problemas graves de aprendizaje, déficit de atención e incapacidad de retención. Afectando también a la coordinación visomotora, motricidad fina, motricidad gruesa y favoreciendo en gran medida el sedentarismo, el sobrepeso y los trastornos del sueño.
Es importante que la tecnología no desplace actividades sociales ni el juego al aire libre y fomentar alternativas de ocio más allá de las pantallas. Estas no deben interferir en el transcurso de la vida normal de los peques, el tiempo en familia, el ejercicio o las horas de sueño.
La salud de los peques y adolescentes depende también de que sepan llevar a cabo un consumo responsable de televisión y otras pantallas.
Recomendaciones para la exposición de peques a pantallas
0 – 2 años: Nada de pantallas. Necesitan explorar el mundo con estímulos sensoriales y dependen de la interacción con los adultos.
3 – 6 años: Media hora al día con un adulto delante. Es importante seleccionar contenidos con mucho cuidado y usarlos bajo supervisión de los padres.
7 – 12 años: Una hora con un adulto delante. Su desarrollo se basa en la interacción social y en juegos no digitales: las horas que se pasan delante del televisor, son horas que no se convive.
13 – 15 años: Una hora y media. Debemos proporcionar una buena educación en redes sociales para evitar retraimiento y trastornos emocionales.
+ de 16 años: Dos horas. El uso de la tecnología y de los medios deben tratarse dentro de la familia con responsabilidad, basándose en los valores y en cada estilo de crianza.
Momentos sin pantallas para peques
- Es muy importante crear rutinas y establecer normas, que se actualicen y acuerden según la edad. Deben ser conocidas y compartidas por todos los miembros de la familia y, en ocasiones, es útil que sean visibles para los más peques.
- Nada de pantallas una hora antes de dormir, los dormitorios no deben tener pantallas.
- No usar pantallas a la hora de comer.
- No utilizar pantallas mientras se hacen las tareas del colegio (salvo para buscar información).
- No abusar de las pantallas en el coche (pueden usarse en viajes largos).
- No usar móviles en el cochecito o silla de paseo.
Recomendaciones sobre uso de pantallas en familia
- Establecer límites de tiempo.
- Supervisar su uso.
- Usar pantallas en espacios compartidos.
- Ver programas o vídeos todos juntos para promover la interacción.
- Jugar juntos a videojuegos, ayuda a los padres a conectar con sus hijos adolescentes y permite educar en cómo emplear el entretenimiento digital.